Albacete 2, Sporting 1; Vergonzoso

El partido empezó con el Sporting llegando arriba, más por la indolencia con que lso jugadores locales afrontaron el partido que por méritos propios y apoyándose en las ganas de Congo, Pedro y Barral , cada uno de ellos tuvo una ocasión antes del gol manchego para adelantar al Sporting pero ninguno fue capaz de acertar con la porteria local. Y ahí se acabó todo, en el enésimo fallo defensivo del Sporting en la temporada Pablo García hace una dejada con al cabeza tras centro de Barkero a Calle que en el área pequeña remacha a la red para adelantar al Albacete (minuto17). Esta defensa de plastilina es incapaz de sujetar ni siquiera a un rival que no ataca, basta con pasear el balón cerca del área para que temblemos todos, a ver si toman nota los que tiene que hacerlo y renuevan la que es, con permiso de Lorca y Vecindario la defensa más floja de Segunda División.

A partir de ahí el Sporting lo intentó con más corazón que cabeza pero no fue capaz de empatar y lo más cerca que estuvo fue cuando Barral estrelló el balón en el poste en un mano a mano con el meta del Alba. Y llegó el descanso, estaba claro que Preciado colaboró al desastre con un pésimo ( y ya van unos cuantos) planteamiento, dejando a uno de los jugadores más desequilibrantes y probablemente el que en mejor forma está ahora mismo: Diego Castro. Para redondearlo su lugar en el once lo cubría Omar, que en en la banda no rinde y además perdiamos el efecto revulsivo para la segunda parte, de todas formas el cántabro no reaccionaría con el receso y al campo saltarían los mismo 11 que empezaron. Salieron dormidos, entregados, vencidos, el Albacete movía el balón lento para dormir el partido y nuestros jugadores, con la excepción de Congo y Barral, se dedicaban a mirar el balón a distancia, como si del péndulo de un hipnotizador se tratase y cuando por fín se hacían con la posesión de balón lo movían aún más lento, dando mil toques antes de soltarlo y jugandolo siempre muy horizontal, tampoco había ningún movimiento sin balón que facilitara la cosa, la verdad.

Corría el minuto 60 más o menos cuando Preciado decidió mover ficha, sustituyo al desaparecido Omar por Diego Castro a la vez que inexplicablemente dejaba en el campo a Javi fuego y sustitúia a Landeira (que estaba bastante más entonado que el poleso) por Andreu. nunca sabremos si los cambios habrían resultado, cierto que con ellos el equipo mejoró y se tuvo cierta llegada arriba, tampoco gran cosa no nos engañemos, pero al minuto de ese cambió una cagada clamorosa de Roberto nos costaba el 0-2 y el partido. Indescriptible, Robertinho atrapa un balón colgado por el Alba y cree oir un pitido del árbitro, ni siquiera mira al linier, echa el balón al suelo y se queda mirando como Pablo García, el mismo que hizo la dejada de cabeza, se va sólo a la portería y marca a placer, sin palabras.

A partir de ahí el Albacete que había jugado a medio gas se dedicó a pasear por el campo y, aún así, el Sporting sólo fue capaz de hacercarse a la meta defendida por un inseguro Javi Martínez en tiros lejanos y balones colgados al tún tún, fruto de uno de estos balones llegó el gol de Congo que maquilló el resultado, todavía quedaban 10 minutos y el Sporting no crearía ninguna situación de peligro.

MUY PREOCUPANTE la fragilidad atrás y la nula capacidad creativa del equipo de Preciado, esperemos que El Molinón lleve en volandas al equipo y los rivales vengan con todo resuelto a nuestro estadio porque se va a sufrir mucho, el equipo está en una gravísima crisis de resultados y juego, los jugadores perdidos y Preciado, el hombre en el que tantos confiábamos no para de dar palos de ciego y se muestra desconcertado. Lo mejor que puede pasar es que termine ya la temporada pero no se puede ignorar la realidad y vista la trayectoria del equipo y la incapacidad de Preciado hasta el momento de frenar la caida en picado hay que replantearse si es el hombre indicado para sacar el equipo adelante, sinceramente yo creo que sí aunque empiezo a tener dudas al respecto pero de eso mejor hablamos durante la semana.