¿Miedo? Nunca

3 victorias en 11 partidos es el bagaje de nuestro Sporting en esta segunda vuelta liguera. 9 puntos de 33. Unos números preocupantes pero también engañosos, los más poderosos de la liga (excepto el irregular Atlético) han pasado ya por caja y ahora viene el grueso de nuestros rivales directos encabezados por el partido del Domingo en el Ruiz de Lopera, el Miércoles -sí, hay liga por semana otra vez- vendrá el Espanyol a Gijón en partido a cara de perro que de ganarse pondría a los periquitos casi definitivamente en Segunda eliminando con ello a un rival directo para después visitar el Vicente Calderón antes del sprint final por la permanecia con los siguientes enfrentamientos: Athletic (Casa), Almería (Fuera), Málaga (Casa), Valladolid (Fuera), Recre (Casa). Partidos sin duda asequibles con rivales de nivel similar al nuestro, además en las visitas a El Molinón contaremos con el factor público a nuestro favor y cuando vayamos fuera tendremos a un Betis muy presionado por un público que le pita sin parar, un Atlético de Madrid que pasa por una psicosis cuando es local (y si no quie le pregunten a Osasuna) y el Valladolid sin jugarse nada en el envite; entre medias quedará la emboscada de Almería donde si que sudaremos tinta. Motivos suficientes para ser optimistas de cara a una recta final en la que no olvidemos que nos sirven 9 puntos -3 victorias- para amarrar la permanencia.


Pero no sólo por calendario hay que ser optimista, el Sporting sigue haciendo ocasiones de gol con facilidad y marcando muchos tantos. Nuestros problemas vienen en la defensa y en menor medida en la porteria, 64 goles recibidos son muchos sin duda. Lafuente (2,27 goles recibidos por partido) sirvió como parche pero tras un gran arranque en Gijón su rendimiento ha ido bajando, no da los regalos que hace Sergio (2,87 goles recibidos por partido) -aunque alguno si que hizo- pero no salva tantos puntos como Cuéllar(1,45 goles recibidos por partido). Parece que el extremeño volverá el Domingo a la titularidad y sólo con eso debe haber una mejora notable en seguridad atrás, me parece el mejor de los 3 porteros con bastante diferencia. La defensa sigue en su línea de casi toda la temporada, lenta, poco contundente e insegura. Sólo Canella y José Ángel (ahora Cote) están rindidiendo a alto nivel, con unos centrales que dan una de cal y 2 de arena y en la derecha el dúo Sastre-Cámara que alternas luces y sombras; ya deciamos que era una imprudencia no reforzar la zaga en Diciembre y el tiempo nos da la razón. Habrá que sufrir con lo que tenemos pero, ¿de verdad no podíamos haber recortado un poco menos la deuda y pagar la cesión de, por ejemplo, Sergio Fernández? Esperemos no arrepentirnos de perder muchos millones por ahorrarnos una ficha en Diciembre.

Pero retomando el tema de los que tenemos. Si bien los centrales no están dando la talla, con la excepción de algunos partidos de Neru, sabemos que lo que queda por venir no serán puntas de la categoría de Van Nistelroy precisamente. Éstos no nos harán el daño de estos últimos partidos en que los goles encajados vienen de errores puntuales más que de fallos contínuos de la zaga y que en ocasiones determinadas la defensa también ha estado impecable, ya sea por méritos propios o deméritos del rival, antes o después tendrá que tocar uno de esos partidos. La suerte tampoco nos acompañó en la segunda vuelta con muchos tiros al poste y goles encajados en rebotes, rivales que nos tocan en estado de gracia y arbitrajes discutibles y discutidos con dobles raseros para las camisetas y las áreas, penalties rigurosos en contra y amonestaciones desproporcionadas. Pese a todo esto el equipo dió la cara en casi todos los partidos y vendió caras las derrotas -sobre todo de local- así que a nada que alguno de estos factores cambie y sumándole la menor exigencia de nuestros rivales futuros, los puntos obtenidos deben ser más y la salvación llegar a nuestra mano.

¿Os parecen pocos motivos para ser optimistas? Pues tengo 3 más: los 3 puntos de ventaja que tenemos con el descenso pese a todo. Y pobre del que quiera... robarnos la ilusión.