En materia futbolística, los españoles somos generalmente del equipo de casa y, luego, del Madrid o del Barcelona. No es mi caso. Yo soy del Racing y, luego, del Sporting.
Lo tenía todo preparado para, en el caso de que el Racing estuviera salvado en la última jornada, como así es, acudir el domingo al Molinón, confundido entre la Mareona con la bufanda blanquiroja, para apoyar a mi segundo equipo del alma.
No es posible. El domingo se celebra en Santander el Día de las Fuerzas Armadas y estaré presidiendo los actos con los Reyes de España. Pero en espíritu estoy en Gijón.
El domingo pasado, el Racing ganó en Huelva y en la próxima jornada intentaremos, pese a no contar con Zigic, imponernos al Getafe para dejar al Sporting ganando seguir en Primera.
Asturias es mi segunda patria chica, no recibo de ella más que afecto y cariño. Cuando cruzo el puente de Unquera no siento que esté saliendo de mi tierra, porque me encuentro con una prolongación de ella.
La hermandad entre nuestros dos equipos también es total. Un sportinguista dirige el Racing y un racinguista, al Sporting.
Tras los actos de conmemoración del Día de las Fuerzas Armadas, el domingo acudiré al Sardinero para apoyar al Racing contra el Getafe. Y lo haré con la seguridad de que mis amigos Preciado, Matabuena y Neru, con el apoyo de esa Mareona ejemplar, ganarán al Huelva para permitir que el año que viene los cántabros podamos pasear por la Playa de San Lorenzo y los asturianos, por la Playa del Sardinero.
Y del Getafe ya nos encargamos nosotros. ¡Al ataque como Furaco!
¡Aupa Sporting! ¡Puxa Asturies!
Miguel Ángel Revilla Roiz,
Presidente de Cantabria
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