Sporting 1 - Málaga 2. Un paso atrás importante.

Más allá de la anecdótica circunstancia de que en las tres temporadas que llevamos, con ésta, en primera tras el último ascenso nos haya tocado el Málaga en el primer partido del año, lo que cuenta es que en ninguna de estas tres ocasiones le hemos logrado ganar siendo esta, sin duda, la más dolorosa de ellas.
Y digo dolorosa porque el público ha reaccionado de uñas, la verdad es que demasiado pronto como viene siendo habitual, con un equipo que tiene en la caldiad de su plantilla el principal punto en contra y que tiene a unos cuantos jugadores que sacan de quicio con su aparente (y algunos casos indudable) apatía en lo que a correr y trabajar se refiere.

Esa aparente ruptura con buena parte del respetable, salvo los Ultraboys que animaron como nunca y que no se quejaron hasta la derrota final, hubiese supuesto el cese probable de Preciado de haberse manifestado hace unos partidos pero, afortunádamente, coincide unos días después de que Manuel Vega Arango hiciese un manifiesto público de confianza en Manolo (algo que a mí me agrada) y no se atreverá a un partido después romperlo. Otra cosa es como sigan viniendo así, claro...

Por el Sporting jugaron Cuellar en portería, relegando a Juan Pablo al banquillo, con defensa para Lora, Botía, Gregory y José Ángel; centro del campo para Carmelo, Rivera, Eguren y Diego Castro, con De las Cuevas en media punta y Sangoy de delantero centro. También jugaron Bilic y Nacho Novo.

Primer Tiempo
El Sporting tuvo el control del juego, aunque como siempre poco pudo o supo hacer con el balón. Por mucho que lo intentes, si no sabes centrar, sacar en balón parado y apenas rematar a puerta desde lejos, pues te encomiendas a un fallo de alguien o a un acierto puntual para marcar. El fallo llegó en el árbitro, que presionado por dos posibles manos en el área anteriores, fue a pitar la que menos parecía y que viendo la repetición parece un balón al hombro de un jugador del Málaga que no puede hacer nada ni intenta hacer nada para darle. El caso es que Diego Castro ejecuta con seguridad el penalty marcando el gol que adelantaba a los nuestros a falta de 1 minutos y medio para cumplir el tiempo reglamentario de la primera parte.

Ese tiempo fue suficiente pues en un enésimo balón tonto perdido por Carmelo, en vez de defender hace la falta tonta de siempre que no sirve más que para que nos cuelguen balones (¡cómo si eso a nosotros no nos hiciera un daño terrible!) y en el balón colgado Wellington empata el partido con tremenda facilidad.

Ahí fue el punto de inflexión del partido. Un equipo como el Sporting emcomendándose a la fe de cambiar dinámicas, de que este año sería diferente y, de repente, comprende que todo sigue igual y se va al descanso.

Segundo Tiempo
En el segundo tiempo el Sporting fue un querer y no poder, además bajo una pitada continua del respetable que poco les ayudaba, y dio un recital de falta de calidad que es, como digo, la gran rémora de los nuestros. Poco importa que toquemos y toquemos, lleguemos a banda con ocasión de pase, haya un par de jugadores al remate, si el centro sale por la otra banda sin botar siquiera en el terreno de juego. Y otros ejemplos parecidos.

El caso es que en una contra tonta, con un Eguren muy perdido, llega el balón a Eliseu que seguro que es el principal sorprendido de que Cuellar saliera a lo loco y de forma estúpida regalando un penalty. Lo cierto es que con tapar un poco el hueco daba la sensación de que incluso si Eliseu se iba escorado uno de los tres jugadores nuestros que ya tapaban portería podrían haber hecho algo, aunque lo mejor hubiera sido salir antes o tapar porteria. El caso es que Pichu sigue perdido desde que sacó aquell amano hace dos años en Valladolid (cierto es que Juan Pablo tampoco está mejor)... seguro que ahora la gente piensa que era mejor invertir el millón de euros que pedía Aouate y que parecía muy caro... ¿a ver que portero de ese nivel viene por menos? y, claramente, le da mil vueltas a los nuestros aunque se pusieran los dos juntos bajo palos.

Y así un querer y no poder hasta el final, con tiros horribles, centros peores y con un Bilic que cuando entró sacó 4 o 5 faltas a favor cerca del área que para otros equipos equivalen a algo pero que nosotros no supimos convertir ni siquiera en tiro cerca de portería o remate peligroso.

Cuando el partido agonizaba, y el Málaga se aprovechaba a la contra de un Sporting groggy, un balón colgado se lo come Arnau gracias a Bilic y el remate de un jugador nuestro da en el larguero y es cogido con la mano por un rival. El árbitro ya habia pitado lo más fácil: falta al portero, que evidentemente no era.

Y así nos complicamos la vida, perdiendo en casa con un rival directo y perdiendo la imagen que el equipo habia logrado recuperar en las últimas semanas. Seguro que los fichajes a coste cero de saldo de equipillos de por ahí pretenden vendernoslo como jugadorazos para ir la UEFA (ya decía yo, Abraham lo recordará, que eso de decir con esta plantilla que hay que estar entre los diez primeros es como decir que este blog debe ganar el Ondas).

Lo mejor
El grupo de los Ultras. A veces hacen cosas reprobables y no soy muy fan de sus actitudes, pero animar hasta el final y quejarse después es lo que tienes que hacer si vas a animar a tu equipo y no si vas a ver sólo las cosas cuando van bien o al Madrid o al Barcelona en el Molinón.O sea, si no vas al campo a lo que va un 35% de los aficionados.

El compromiso de Diego Castro que, libre para negociar desde el 1 de enero, sigue siendo un ejemplo de defensa de nuestra camiseta. Acaba yendo a todos lados ya que sus compañeros no van y, además, es (siendo extremo) el jugador del Sporting que más balones recupera. Y no romperemos nuestro tope salaria ni con él, me río por no llorar... ¡no, no consigo reirme ni por eso!

Lora y José Ángel siempre aportan un nivel medio más que aceptable.

Lo peor
La nula calidad. Podremos sacar 50 corners y 30 faltas al borde del área y dificilmente una vaya por puerta o a un compañero. Por no hablar de los tiros lejanos (y cercanos, ya puestos) o los centros al área o balones en largo a los compañeros... un horror que explica porque los que se van de aquí quedan sin equipo rápidamente (y hablo de categorías como 2ª o 2ªB en un porcentaje altísimo de los casos)

Carmelo. Por favor... ¿De que vale que regateé a tres si luego da el balón a uno de ellos sistemáticamente?. El año pasado acabó con CERO goles y CERO pases de GOL. Este año lleva CERO goles y CERO pases de GOL. Correr toda la banda y centrar a la grada es como no hacer nada... no vale más que para los tontos aplaudan. Más efectividad y menos efectismo, más jugar bien y menos jugar bonito.

Sangoy. Siempre logra estar en el desmarque correcto, que le legue el balón bueno, pero no es capaz de controlar ninguno. Se supone que tira bien pero no tira nunca, y no pelea ni un balón por alto con fe, al menos Bilic entra y o le hacen falta o se los lleva todos. No digo anda de su falta de remate de cabeza porque en ningun partido le han puesto un balón bueno (el que marcó de cabeza ni siquiera fue con un buen pase).

Nacho Novo. Hoy no estuvo mal pero llevaba 5 minutos en el campo y no bajaba a tapar a Eliseu que se encontró, entonces, con una autopista para matar al Sporting. Parecía fundido y no le habia dado tiempo a hacer nada

De las Cuevas. Tuvo como siempre dos cabalgadas que casi acaban en gol (algo es algo, Carmelo ni eso) pero oye, no estás solo para eso, defiende ALGUNA VEZ. Venga, por favor, al menos UNA.

No cargo contra los centrales porque tal y como les llegan los rivales, por lo general, no me extraña que estén locos. Además tienen el culo pegado al portero pero es también lógico, ya que saben que como tiren cantan y así no se puede. No cargo contra ellos pero no están al nivel que les hemos visto, en especial Botia que Gregory va mejorando partido a partido.

Ahora vamos a Santander, campo que se nos da mal, no irá tanta gente porque el equipo no invita a viajar, y llevamos fuera una locura de tiempo sin ganar... pero hay que venirse con los tres puntos. La primera vuelta se acaba y no podemos descolgarnos tanto. ¡Vamos Sporting!