Manolo Preciado es, desde esta mañana, historia viva del Sporting. El técnico cántabro es ya ex-entrenador de nuestro equipo pero seguirá engrosando las huestes rojiblancas como un seguidor más hasta el fin de los días, sufrirá y animará a un club con el que le une una relación mucho más profunda que la de empresa-empleado.
Desde el primer hubo una conexión muy especial entre club y entrenador. Dos partes que encajaban como si estuvieran hechas para formar un todo. La ilusión, la fé, el descaro y el trabajo del bueno de Manolo vino a activar una masa social asqueada y aburrida de escuchar excusas y vivir bajo el "gobierno" de una cúpula del club gris, anodina, acomodada y sin ambición. Con la mecha de Preciado el sportinguismo recuperó sus ganas de animar y la capacidad de soñar, cada gol, cada victoria, cada milagro del Bastian del Ssportinguismo iba levantando los muros de ese Fantasía que es El MolinónMientras que, con el despertar de la afición, el equipo se ha´cía cada vez más fuerte y Preciado se ganaba, no sólo el cariño de una afición entregada, sino también una notoriedad a nivel local (sobre todo) y nacional que no le había alcanzado de lleno a lo largo de su carrera.
Los frutos de la mezcla Sporting -Preciado todos los conocéis ya: un ascenso, salvaciones milagrosas y victorias épicas plagadas de recuerdos. Si a ello le sumamos el récord de partidos consecutivos en el banquillo sportinguista, no cabe duda de que estos últimos años hemos vivido una etapa que pasará a las páginas doradas de la historia del Sporting por méritos propio, con un entrenador que por encima de lo números estará en el recuerdo de todos por los intangibles que ha traido a Gijón. Ya se le valora hoy, pero con el paso del tiempo se agrandará la figura de un entrenador que desde hoy pasa a ser una leyenda viva del sportinguismo. Porque cuando el héroe se va, empieza la leyenda.
Mientras todo pasa, Manolo estará animando al Sporting y rezando on nosotros por su salvación mientras sueña que le llega la oportunidad de volver a entrenar a su equipo y conseguir brindar a su afición ese título que, el propio míster reconocía, es su espina clavada. Ni falta que hace Manolo, lo que nos has dado estos años es más grande que cualquier trofeo. Muchas gracias, buena suerte...y Puxa Sporting.
1 comentario:
Asumiré que las faltas del post son por la emoción y por el hecho de que las lagrimas no te dejan ver el teclado y no por escribirlo a toda pastilla en horario de trabajo je je, y sí no sabéis todavía lo que habéis perdido.
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