El Sporting necesita un milagro que pasa por ganar todo lo que le queda en casa, rascar algo fuera y que sus rivales directos estén poco afortunados, empresa que no parece sencilla por las sensaciones que dejan los nuestros últimamente, porque hoy llegaba el equipo revelación de la liga (al que su veteranía y alta media de edad le obligó hoy a dosificar esfuerzos y jugadores, que nos vino muy bien) y tercero porque el público no llenaba ni mucho menos el Molinón y no estaba tan a muerte con el equipo como en otras ocasiones y, sin embargo, hemos logrado una victoria que no impide que sigamos necesitando un milagro pero que nos mantiene con un poco de vida y emoción en lo que resta de temporada en la primera división, sobre todo si mañana los resultados acompañan.
Por el Sporting jugaron Juan Pablo en portería, con defensa para Canella, Iván Hernández, Botía y Pedro Orfila, por delante Lora y Nacho Cases, luego una línea de tres formada por Adrián Colunga, De las Cuevas y Óscar Trejo, con Barral de delantero centro. También jugaron Ayoze, Sangoy y Ricardo León.
Primer Tiempo
El Sporting salió muy decidido a por el partido, con presión y metiendo al Levante en su área. Las ocasiones no llegaban a ser claras, aunque hubo varios disparos lejanos que pasaron muy cerca de la portería, varios balones interiores de gol que no encontraron destinatario por poco, pero que parecía indicar que el gol llegaría para nosotros, salvo por la experiencia de que necesitamos mucho para hacer daño real y necesitan muy poco para hacernos una gran herida. Herida que llegó en un balón al lateral de Canella que, como es habitual en los últimos meses, en de preocuparse de los jugadores (que son los que pueden hacer algo si reciben balón) se iba al centro de la defensa donde no era necesario y el Levante, que al contrario que nosotros sí aprovecha las oportunidades que tiene, centra al área para que Valdo meta el cero a uno.
A partir de este momento cada vez que Canella tocaba el balón, el público le regalaba una triste (pero muy merecida) pitada. Pitada que tampoco cejo cuando un cuarto de hora después Óscar Trejo, de los más destacados últimamente, controla un balón en el área y definiendo con mucha clase hace el empate con el que se llegó al descanso.
Segundo Tiempo
De nuevo parecía que el Sporting tenía más cerca el gol, con un Levante que lo intentaba pero sin demasiado ímpetu, y de pronto Clemente se vuelve loco y quita a Barral y a Colunga para meter a Ayoze y a Sangoy, un cambio muy pitado, un cambio desastroso que, aunque al final se haya remontado y Sangoy haya marcado, me parece un desastre completo y un tiro en el pie.
De hecho nada más hacer el cambio el Levante mete un balón, de nuevo desde banda de Canella, a Koné que, con calidad, se da la vuelta en el área pequeña y marca batiendo por bajo a Juan Pablo.
El momento era completamente crítico, con un Sporting muy tocado, hasta que Lora en jugada personal, y desde lejos, sorprende a Munúa con un disparo que hace el empate y que vuelve el partido completamente loco, con un Sporting lanzado y creando ocasiones que no concretaba por errores en el último pase o por disparos muy defectuosos, mientras que el Levante se lanzaba a la contra y, de no ser por Pedro Orfila que salva bajo palos, se hubiese adelantado de nuevo en el marcador.
Sin embargo, en un balón dividido que llega a pies de Sangoy, desde muy lejos, el Sporting se adelanta con la fortuna añadida de que quedaba poco partido pues en los cinco minutos restantes el Levante apretó un poco, símplemente colgando balones y poniendo incluso a los centrales de delanteros, y tuvo cuatro ocasiones muy claras que los fueras de juego, en un par de ocasiones, el larguero en otra (tras saque de Barkero de falta y remate fácil de un jugador del Levante) y un disparo defectuoso en otra, impidieron que se fuera ninguno de los tres puntos.
Lo mejor
Óscar Trejo que tiene calidad y mucho trabajo, además tiene esa pausa necesaria para aguantar a veces el partido, para esperar a encontrar una opción mejor que la más evidente y, además, sigue sumando goles poco a poco.
Pedro Orfila sigue siendo muy seguro atrás en su zona y, poco a poco, va demostrando cosas en otros lados sin descuidar eso, así puso algún buen pase al incorporarse por su banda, y salvó un gol bajo palos yendo a la ayuda.
Lora estaba mal en algunos puntos de la temporada, comenzó a mejorar hace un par de meses, y con Orfila entonado demostró lo que es cuando está bien, un todoterreno, que dejó a Canella en evidencia cuando jugó en su puesto y pronto se ha hecho con el mediocentro de forma definitiva, y sumando goles además. Imprescindible para el Sporting que esté bien.
Rivera, que fue el verdadero entrenador desde el banquillo en los momentos jodidos en los que Clemente, además, no servía de guía al equipo.
Lo peor
Canella es, de largo, el peor jugador del Sporting en los últimos meses, una máquina de costar goles, e incluso un jugador tan querido como él se ha ganado a pulso el odio de la grada que no puede aguantar más sus errores. Hay que reconocerle, eso sí, que no se viene abajo pero eso sirve de poco y mejor sería que no fallase tanto y, además, en cosas tan sencillas. Ahora mismo no está para jugar en el B, pero es un tipo importante que ha de sobreponerse como ha hecho Lora.
Clemente y sus cambios. Si hace un cambio que nos parece bien pero no le sale seguiríamos defendiendo que estaba bien hecho y cuando, como hoy, hace un cambio horrible, seguimos pensándolo incluso cuando al final el resultado salga de cara.
El ambiente de enamoramiento total, envidiado por toda España, que se han cargado desde la "zona noble" del Sporting con sus decisiones, por más que pareciera que la paciencia era infinita. Y es evidente que no es algo que tapen los resultados solamente. En ese sentido la afición si lo tiene claro y dejo evidencias de ello, aplaudiendo la remontada y, aún así, pidiendo responsabilidades.
De las Cuevas no es que esté mal, pero desde luego no está al nivel que se espera de él, y ha de dar un paso adelante pronto. Colunga, por segundo partido seguido, estuvo muy desafortunado en todo lo que intento menos en sus movimientos, siempre buenos.
¡A seguir soñando con un milagro! Nos dirán que es CASI imposible, y es cierto, pero a ese CASI hay que abrazarse y morir por este equipo, tanto en el cesped como en la grada.
Los gritos a los jugadores de "mercenarios", o de "echadle más huevos", ya que en realidad se pueden decir muchas cosas pero no que no ponen todo sobre el campo esta temporada.
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