martes, mayo 01, 2012

Sporting 2 - Villarreal 3. ¡Otra vez al infierno!

Nadie podrá acusarnos de no ser optimistas en este espacio pero, por mucho que aún (porque no dudará mucho) la matemática sea cabezona, no es menos cierto que todo lo que tiene que pasar para que el Sporting no bajase roza lo esperpéntico y, por tanto, esta entrada será corta y dolorosa. Corta porque realmente tenéis muchos lugares donde leer crónicas de este partido y dolorosa por lo que significa.

No es el momento de hacer valoraciones generales. Ya hablaremos de la mala gestión deportiva realizada este pasado verano y de la destitución de Preciado, losas a la espalda del Sporting que traen los frutos que ahora recogemos. Cualquiera que lea este blog sabe que no somos ventajistas (aquí lo hemo sido diciendo siempre) y sabe más aún que nada nos hubiera gustado más que equivocarnos.

Tampoco es el momento de pensar en lo que será la plantilla del próximo año, en que harán con nosotros esos a los que parece que les importa poco (o si les importa no logran que su incompetencia no les quite la razón) los designios de esta nave rojiblanca.

Ni incidiremos demasiado en un arbitraje sibilino, partidista y tremendamente favorable a los visitantes, porque no es menos cierto que se ha cargado este partido pero que no se ha cargado este trencilla todo el año que hemos vivido.

Hoy es, si acaso, el día de estar orgullosos de algunos de los jugadores (muchos de ellos) que sin duda han demostrado sentir los colores y han sabido luchar hasta el final, mientras habia esperanza, luego sus limitaciones han impedido muchas veces que lograsen sus objetivos. Pero este año el 90% de la plantilla ha dado mucho más de lo que tenía y eso hay que agradecerlo, como hay que agradecer una afición que ha sabido estar en las dificultades, que hoy ha dado otro ejemplo de ello, y que seguirá (seguiremos) estando ahí, o donde sea, empujando al Sporting hacia este lugar que hoy ha perdido.

Por el Sporting han jugado Juan Pablo en portería, con defensa para Alex Menéndez, Gregory, Botía y Damián Suárez, con Lora y Gálvez en el centro del campo, con una línea de tres por delante formada por Colunga, Óscar Trejo y De las Cuevas y Sangoy de delantero centro. También jugaron Mendy, Bilic y André Castro.

Partido

Dije que no me iba a enrollar y no estoy cumpliendo así que recortaré en la crónica. El Villarreal es mejor plantilla, casi cualquier jugador (titular o suplente) de los suyos sería estrella en este Sporting, así que era complicado, y el empuje del Molinón, la fe recuperada de nuestros jugadore sy las dudas de ellos, y poco más... eran los recursos para ganarles.

Salimos bastante dormidos, con el Villarreal ganando gracias a Borja Valero la guerra en el centro del campo, primero porque él es muy bueno y gana la partida a casi cualquier rival, no solo a nosotros, y segundo porque los jugadores de talento (a Valero no le vas a superar con otros argumentos, ya que el juego duro no es un recurso que el Sporting haya sabido usar nunca) como Rivera o Cases, estaban en el banco o directamente en la grada.

Tras remar mucho, el Villarreal tuvo una primera ocasión clarísima que desbarata Juan Pablo pero, en segunda jugada, vuelve el balón al área para que Bruno gane la posición a la defensa y haga el uno a cero.

Quedaban muchos minutos, el Sporting no acababa de carburar aunque intenso en el partido sí que estaba, cuando Lora emergió otra vez como la figura que es para marcar desde lejos con un gran disparo, disciplina en la que se ha destapado como un gran jugador en los últimos partidos.

El empate dejaba las espadas en todo lo alto cuando, en una jugada estúpida al filo del descanso, Damián regala un balón, un rival se mete en el área, para que Gregory le haga penalty que Senna transforme por el medio de la portería.

El segundo tiempo fue un querer y no poder primero, con remate al palo y todo del Villarreal, hasta que el infierno se acercó a Gijón con el gol de Hernán Pérez desde lejos al principio de la segunda parte. Mucho atacar, colgar balones a la desesperada mientras los rivales perdían tiempo con la complicidad del árbitro a cada jugada (al menos con Clemente este recurso sí se utiliza, eso se lo reconozco) y un poco de esperanza cuando Gálvez pilla un balón y recorta diferencias.

El empate hubiera sido un mal menos, muy menor (sobre todo de cara a nuestros rivales y los cálculos optimistas) pero no se dió.

Lo mejor

Las lágrimas de algunos jugadores como Lora, el mejor de largo de los nuestros y el capitán de este equipo lleve (como hoy) o no lleve el brazalete, o Bilic, al que ni siquiera han dejado aportar todo lo que lleva dentro, por más que se reivindicara con goles importantes. Hoy es el ejemplo al entrar ya con el 1 a 3 en contra. Espero que ambos se queden y vivan un rápido ascenso que, sin ellos, será mucho más complicado, pues son el alma de esta plantilla y un equipo sin alma está roto.

La afición que ha sabido estar en las malas, sabedora de que los jugadores han hecho lo que han podido más allá de estar mejor o peor en términos de caldiad o acierto. Esta afición es gran valor de este club para construir sobre ella y esperemos que no se venga abajo y que esté ahí, sumando, desde el primer partido del año próximo (algo que depende en buena medida de lo que la vapuleen desde los despachos con sus decisiones).

Lo peor

El descenso, que ya no tiene solución.

Encajar siempre dos o tres goles en casa. En los últimos partidos en El Molinón el Sporting siempre ha metido al menos dos goles, a veces más, y no ha ganado muchos de esos partidos. No hay más que decir.

Hoy me jode citar a algún jugador pero no me voy a esconder: Damián, que con su incomprensible fallo dio la palada más grande para enterrarnos. Seguro que a nadie le gusta fallar pero en el fondo, y al contrario que a otros, no le va tanto la vida en esto ya que este verano, o el próximo, estará en otro equipo y para él esto será un recuerdo en la distancia en el que no reparará mucho. Se puede pensar que es lo mismo en cualquiera que se vaya pero os garantizo que no, esto para muchos será un amargo trago que costará digerir y que nunca se borrará de todo, no en el caso de Damián y alguno más.

En fin, aquí lo dejo. Sin ganas, fastidiado, triste, pero deseando acabar este trámite de la forma digna que se merece la afición y deseando que comience la guerra del año próximo.

Hoy más que nunca... ¡SPORTING!



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