domingo, febrero 13, 2011

Sporting 1 - Barcelona 1. La fe mueve montañas

No hay ninguna duda de que el Barcelona es, hoy por hoy, el mejor equipo de fútbol a casi todos los niveles así como una máquina de pulverizar records. No es menos cierto también que a pesar de que las estadísticas están para romperlas, hay ciertas constantes que de forma inexplicable tienden a repetirse: el Molinón es un campo que no se le da bien al Barcelona, Villa casi siempre marca al Sporting, nuestro equipo saca fuerzas de flaqueza en momentos -o ante rivales- límite y en especial con su hinchada detrás, y muy especialmene que aunque en nuestro estadios somos capaces de resucitar a algún muerto la verdad es que también es un escenario donde se logra cambiar dinámicas (Abel vio como encajaba un gol de Luis Enrique que cortaba su record de imbatibilidad -que aún perdura-y ahora el Barcelona ve como se corta en 16 la racha de partidos ganados de forma consecutiva dejando otro record para mucho tiempo, me temo)... ¡pues todo esto y mucho más volvió a suceder en un partido sobre todo intenso.

Por los nuestros jugaron Cuellar en porteria, con defensa para José Ángel, Botía, Iván Hernández y Sastre; centro del campo para Diego Castro, Nacho Cases, Andre Castro y Nacho Novo; con De las Cuevas de medio centro y Barral de delantero. También jugaron Canella, Carmelo y Bilic.


Primer Tiempo
El Barcelona, que aunque tiene grandísimos jugadores incluso en su lista de no convocados, como cualquier otro equipo nota cuando las piezas mejores son sustituidas por otras, y en el inicio de partido ya se vio que iban un poco más lentos que de costumbre, sorprendidos por el juego intenso, dominante y de presión del Sporting que, además, se atrevia a dejarse ver por las inmediaciones del área de Víctor Valdés, recordando un poco a la estrategia que Caparrós preparó para el Ath. de Bilbao frente al Barcelona en la Copa del Rey, en la que cedía las bandas al Barcelona (que no se caracteriza por rematar centros laterales) para tapar la creación por el centro y es que, ante el equipo culé, es imposible tapar todo toto el tiempo y hay que decidir.

Aunque el Barcelona creo alguna ocasión, como un tiro de Messi que paró bien Cuellar, el Barcelona encontraba problemas para fijar la posición de un Diego Castro que se movia con acierto y libertad, aunque sus compañeros con frecuencia esperaban que les diera el balón al pie en vez de buscar desmarques que faciliten la misión del que tiene el balón. En una jugada de contra, tras un balón recuperado por unos incansables Nacho Cases y André Castro (¡qué pareja de trabajo y de fútbol, además joven, se vislumbra aquí!) el balón llega a Diego que pasa por delante el balón al desmarque de Barral que, tras pelear con fe un balón a Piqué se lo gana internándose en el área y, beneficiado por un leve resbalón de Gabi Milito, coloca el balón ajustado al palo de la porteria de Víctor Valdés que veía como el primer gol local subia al marcador, entre el delirio de una hinchada que no cejó de apoyar ni un instante.



Todo hacia pensar que el Barcelona tenía demasiado tiempo por delante y, aunque el dominio pasó a ser casi todo blaugrana (hoy verde pálido para ser más exactos) y siempre dan sensación de tener el gol cerca, no es menos cierto que un peleón Barral aún gozó de un par de contras que no logró resolver (sobre todo una en la que iban él y Diego Castro juntos pero pecó de individualista). Un fuera de juego mal anulado a cada equipo fue de lo poco más que se puede contar antes del descanso a excepción de una buena mano de nuestro portero a tiro de Iniesta dentro del área.

Segunda Parte
El Barcelona fue variando piezas, tratando de crear un juego que iba a apareciendo más a fuerza del cansancio que hacia mella en lo snuestros y que hacia que qeudaran (aunque muy pocos) más espacios. Durante mucho rato el Sporting se defendió con orden y muy poco más, viéndose obligado Cuellar a detener ocasiones claras del Barcelona en un disparo a bocajarro de Xavi (tras mano previa de Dani Alvés que no pitó el árbitro), en un tiro lejano de Messi, en un balón muy esquinado tras jugada de Alvés en el área, en un disparo lejano de Xavi que buscaba la escuadra o saliendo a los pies de Villa en un balón dividido.


Sin embargo tuvimos dos contras, una muy forzada de Canella tras pase al hueco perfecto de Diego Castro y una en los pies de Carmelo que, con Diego Castro y Barral esperando el balón en el segundo palo y por el medio respectívamente, hizo lo que mejor sabe hacer: perder el balón y protestar incomprensíblemente. Entre ambas, la jugada del posible empate del Barcelona, en un balón que toca Pedro en el segundo palo (sólo pero muy forzado) y que se va por escasos centímetros y la jugada del gol del empate en la que, tras llevarse Messi un balón tras varios rebotes en jugadores nuestros (que pese a defenderle muy bien no lograron que no se llevara el esférico) asiste a Villa que hace un globo a Cuellar tan perfecto como imparable. Villa no lo celebró, del mismo modo que El Molinón no se vino abajo y siguió animando hasta un final que se demoró incluso 5 minutos (¿por qué?) por encima del tiempo reglamentario.



Lo mejor
El punto con el que nadie contaba, o al menos casi nadie, y que si bien hay que reconocer que es poco botín (debería valer más como ya dijo Preciado) no es menos cierto que si sumas lo que tienes que subir, son estos puntitos los que te redondean la salvación con un poquitito de margen.

La intensidad del equipo. Sé que no se puede pedir, por más que la gente lo diga de manera simplona, que se juegue asi siempre (uno no corre lo mismo si llega 5 minutos tarde a coger el bus o si le persiguen para darle un navajazo ¿verdad?) pero sí que se puede pedir ese nivel de concentración -en cada minuto del partido- sobre el cesped. Del mismo modo, contra el Barcelona el público te deja hacer tu partido pero, contra otros rivales, si el Sporting saliese a esperar y a la contra, se oirían silvidos antes o después, y eso no puede ser.

Andre Castro y Canella que trabajaron como locos, del mismo modo que Diego Castro (lo que trabaja no se puede medir, y siempre guarda frescura de mente para estar donde hay que estar y encontrar un pase adecuado cuando, sin duda, otro de los nuestros no lo verían) y Barral, que más que nadie es jugador de estados de ánimo, y ahora está espectacular en el trabajo, se ha encontrado con el gol, y pese a ver siempre una amarilla pronto se sabe controlar para no ver la segunda.

Iván Hernández que sigue soberbio y que ahora mismo debe de jugar sí o sí. Cuellar que estuvo muy bien bajo palos y, en el gol, aunque algún rumor decía que estaba adelantado lo cierto es que tenía que tapar el tiro y sin duda fue más acierto de Villa que error suyo... cuando hay que darle se le da y cuando hay que decir que está bien, que es lo que nos alegra y lo que nos gusta contar, pues lo hacemos... como con cualquiera.

Destacar algunos detalles: el sportinguismo no pitó (evidentemente) a José Ángel, Botía celebraba como el que más el gol del Sporting y el punto conseguido pidiendo en ocasiones ánimo a la grada, y Sastre cumplió tremendamente bien.

Lo peor
Eso, que tras tan excelente imagen y partido, solo tenemos un puntito más

De las Cuevas que sigue aportando detalles pero nada definitivo, apunta pero no dispara, con todo aporta cosas, que Carmelo está desastroso y aunque engañe a alguien con dos regates, la mayoría nos damos cuenta que si tras ellos regala el balón al contrario, mejor era que no los hiciera y diera el balón antes a un compañero. Eso por no hablar de las faltas tontas que hace siempre, una pena porque de verdad creo que es de los jugadores del equipo con más calidad y no comprendo que le ha pasado en la media temporada final del año pasada y todo lo que va de esta... ahora mismo no está para jugar.


Las preguntas
El Sporting jugó con la mitad del equipo formado por jugadores no habituales ¿se quejará Mourinho?

¿Alguien se atreve hoy a decir que teniamos que haber echado a Preciado?



Las fotos, como siempre, cortesia de Rocio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena sporting, un madridista contento os lo agradece.

Jorge Iván Argiz dijo...

ANÓNIMO:

Punto es punto.