Almería 3 - Sporting 1; cobardía castigada

Preciado se mostró nervioso toda la semana, jugando al escondite con la alineación y tratando de unir filas en el vestuario tanto con declaraciones como con comportamiento. Ese nerviosismo desembocó en un nefasto planteamiento del encuentro de Almería. Llega el fín de la temporada y con ella los momentos de la verdad, esos en que hay que ser valiente y astuto en las decisiones para conseguir los objetivos y aquí Preciado nos está sorprendiendo con arrebatos de entrenador que desembocan con cambios de sistema y estilo de juego cada 2 por 3 que tienen desorientados a aficionados, prensa y jugadores.

Todo esto lo digo porque no tiene otra explicación en trivote con el que nos soreprendió Manolo esta tarde. No sólo porque el equipo la semana pasada con un 4-4-2 que muchos pedían hace tiempo creo más peligro en un sólo partido que en los últimos 3 meses, ni porque este mismo planteamiento nos deparó el partido más plácido en defensa de toda la temporada, sino también porque con el famoso trivote el Sporting salió derrotado siempre en la presente temporada y muchas veces goleado. Para redondear la "gran idea" del míster, el que venía siendo el mejor jugador del equipo en los últimos meses fue rehubicado a jugar fuera de sitio en una posición de teórico (nunca mejor dicho) enlace con la delantera, me refiero a Míchel que volvía al puesto al que no se adaptaba ni en Segunda por su falta de velocidad y escasa capacidad para dar pases entre líneas. Sin culpa el chaval, sus muchas virtudes son otras. Su apoyo en punta era Bilic, el delantero más lento del equipo, para culminar un entramado táctico ultradefensivo (o eso parecía intentar ser) que buscaba sorprender a la contra ¿basándose en la velocidad?

Así planteó el partido Preciado, que para redondear su trabajo semanal fue incapaz de motivar a unos jugadores que salieron de paseo al terreno de juego, sin presionar y con poco movimiento sin balón cuando lo teníamos lo que nos hizo encomendarnos en ataque a los balones largos y las jugadas a balón parado. Pese a todo la fortuna acompañó al Sporting y una cagada terrorífica en defensa del Almería nos permitía ponernos por delante por medio de Carmelo en pleno baño de los locales a nuestro equipo. Los jugadores lejos de crecerse anímicamente siguieron de paseo contagiados por el timorato planteamiento de un técnico que apenas si salía del banquillo para hacer reaccionar a los suyos y, claro, lo que tiene que pasar pasó y en el enésimo fallo defensivo del Sporting esta temporada Nieto cogió un balón muerto totalmente sólo en el área -menudo despeje de Gerard-, y es de resaltar que con 6 defensas en el área uno de 3 atacantes esté sólo. Al descanso nos vamos con 1-1 y una sensación de que nos perdonan la vida que da miedo.

Pero en la segunda parte el miedo sería pánico, el desquiciado Preciado sustituye primero a Míchel por Barral. De nuevo cambio tarde (debería haberlo hecho al descanso como mínimo) y mal porque perdemos al jugador más en forma del equipo y se mantiene en cancha el mejor del Almería, Diego Camacho que pese a ser un gran jugador lleva unos partiditos en que se nota que la camiseta que defiende se la resbala, total si tiene libertad por descenso. Por cierto que Camacho terminaría el partido ya que Preciado redondearía su tarde sustituyendo a los 2 jugadores con calidad para generar fútbol que había en cancha, Diego Castro y Carmelo por Pedro y Kike Mateo. El plan del técnico era seguir esperando que se apareciera la virgen en ataque mientras los locales debían fallar una ocasión clarísima cada 5 minutos. Ahora, con la velocidad de Barral la consigna era buscar el juego aéreo y forzar faltas al borde del área, esas que en 3 años hemos sido capaces de convertir en peligro con menos frecuencia que la lluvia en el Sahara. A punto estuvo de salirle bien la jugada a Preciado cuando con 2-1 a favor del Almería Barral peinó de espaldas una falta frontal, pero Esteban hizo una buena parada y ahí se acabó el peligro del Sporting pese a quedar alrededor de 15 minutos de juego. Ocasiones para haber matado el partido las había tenido y tendría el Almería pero finalmente sólo transformaron una más para dejar el resultado final en un 3-1 injusto, por corto.

Me considero defensor de Preciado pero los planteamientos de ayer son cuando menos de bombero torero, las circunstancias parecen haber podido con Manolo. Ha fallado con un planteamiento cobarde en un partido en el que había que ser no valiente sino coherente. Y si este equipo siempre que ha tenido éxito ha sido por osadía e intercambio de golpes, no puedes renunciar a tu identidad y ser timorato buscando un juego ultradefensivo que siempre que has probado te ha dado un pésimo resultado porque la defensa falla y en ataque pierdes todo lo bueno que posees. Por ende, Manolo sembró dudas y miedos a sus hombres, que mentalmente nuca estuvieron en el partido. Hay que destacar a Barral por encima de todos con una lección de casta y amor propio, también lo intentaron los canteranos Jorge, Cote y Míchel además del siempre trabajador Matabuena y un desacertado Diego Castro. Al resto se les debería caer la cara de vergüenza.