jueves, junio 07, 2012

Gracias, Manolo

Parece que fue ayer, pero ya hacen 6 años que Manuel Preciado llegó al Sporting. Seis años en los que se ganó un hueco en el corazón del sportinguismo con nobleza, saber estar y alegría.

No era nada fácil sembrar ilusión en una afición desencantada que afrontaba su novena temporada consecutiva en Segunda tras esquivar el descenso por los pelos, con un club al borde de la ruina. Sin embargo, Manolo llegó dispuesto a devolver la alegría a la gente, que para eso es el fútbol, sin renunciar al ascenso y contagiando su vitalismo en cada rueda de prensa, en cada entrenamiento, a cada minuto. Sus armas, un saco de ilusión, un camión de paciencia y un par de huevos. Lo consiguió con un fútbol directo y atrevido, en el que las carencias futbolísticas del equipo quedaron siempre tapadas por la garra de los jugadores y el empuje de la afición, siempre a muerte con el técnico cántabro por méritos propios.

Los resultadistas dirán que un ascenso y 3 permanencias son el legado de Preciado al Sporting, pero se quedarán muy cortos. El gran Manolo Preciado, más allá de las hazañas deportivas, dejó muchas alegrías a la afición, defendió a la institución contra viento y marea y se dejó el alma para hacer más fuertes que nunca los deterioradísimos lazos entre club y afición. Además, siempre tenía tiempo para atender a la gente que le buscaba, con una normalidad casi perdida en este fútbol lleno de divos.

Nos recordaste lo que era soñar, nos llevaste a volver a disfrutar y ahora que vienen mal dadas, casi parece que te vayas para recordarnos lo que es sufrir. Maldita sea, Manolo. Esta última lección te la podías haber ahorrado. El sportinguismo está hoy de luto. Mañana, tal como nos enseñaste, saldrá el sol y tendremos que seguir adelante. Pero sin olvidarte, seguro que desde el cielo nos acompañas.




2 comentarios:

Jorge Iván Argiz dijo...

Las penas pasan, pero las victorias son eternas. Y Preciado se ganó el corazón de una ciudad, de una hinchada y de un mundo, el del fútbol, donde ser un buen tipo, y un tipo normal, es cada vez más raro. Estos 6 años los conservaré como un tesoro en mi memoria y creo que un título nos daría menos de lo que nos dio Preciado. Contruyamos sobre su legado, no destruyamos lo que recuperó Preciado.

Abraham dijo...

Sin duda, tenemos que estar juntos.