Primera parte.
En ella sacó Preciado a: Juan Pablo; Sastre, Iván Hernández, Jorge, Cote; Matabuena, Landeira; Nacho Novo, Carmelo, Diego Castro; Bilic.
La línea de mediapuntas y Bilic no pudieron entrar nunca en juego al tener que jugar demasiado retrasados y recibir los pelotazos casi siempre en clara desventaja. Pese a todo Carmelo se hartó a correr y cuando le llegaba algún balón en condiciones lo jugó con criterio. Castro dió sus habituales chispazos de calidad y Nacho Novo empezó a dar muestras de lo que aportará al equipo. El nuevo agradó con buenos regates y controles y dejó patente que si recibi en posición de peligro tiene calidad para hacer mortal el último pase. Su mejor acción, una gran colada por la banda derecha con 2 caños y un pase final magistral que salvó un defensor in extremis.
En defensa el equipo se apañó bastante bien pero se volvió a sufrir en balones colgados a balón parado, quedando patente que si faltan Gregory y Botía a la vez el equipo pierde la referencia para defenderlas. Jorge e Iván no daban la talla en esta faceta en Segunda y siguen sin hacerlo ahora.
Segunda parte.
Tras el descanso Preciado sustituyó al grueso del equipo de la primera parte pero dejó en el terreno de juego a varios hombres hasta el minuto 60 de partido. Este fue el equipo de la segunda mitad: Juan Pablo; Lora, Botía, Jorge (Gregory), Cote (Canella); Eguren, Rivera; Carmelo (Barral), De las Cuevas, Diego Castro (Portilla); Sangoy.
Y se notó para bien la presencia de Rivera en el terreno de juego. El 5 fue una vez más la brújula del equipo y estuvo infatigable en la recuperación y la distribución, y aunque no consiguió que el Sporting avasallara al rival si que logró que la pelota pasara a ser rojiblanca. Con posesión pero sin claridad de ideas el equipo llegó a base de combinaciones rápidas cuando se recuperaba el balón, incapaz de penetras a la defensa local si ya estaba formada. Hubo algunos contraataques peligrosos pero que por lentitud o falta de precisión no se culminaron.
Los problemas llegaron en defensa porque la presión apenas si existió en el centro del campo y los centrocampistas del Logroñés estaban muy cómodos para dar balones en profundidad a los hombres de arriba. Ésto unido al bajo estado de forma de Gregory (y su falta de velocidad natural) hizo que le ganaran la espalda a la defensa con facilidad, aunque entre las salidas de Juan Pablo y la rapidez de Botía al cruce solventaron los problemas con éxito.
Los nuevos
Landeira. Se le vió más activo que en el anterior partido pero sigue sin dar salida al balón criterio. Debe mejorar.
Nacho Novo. Dejó detalles de mucha clase y verticalidad, pero se perdió en protestas con el árbitro que le podían haber costado caras. Si controla su carácter, marcará la diferencia.
Eguren. Discreto, necesita más rodaje.
Sangoy. Tuvo que jugar muy lejos del área, donde no hace daño por sus condiciones. Pese a todo se le vió hábil en los controles y preciso en el pase.
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