jueves, septiembre 06, 2007

Sin excusas

Tras la resaca de ayer declaraciones de los jugadores del Sporting en las que se quejan de mala suerte y señalan que tuvieron ocasiones para más, se referirán a llevarse más goles para casa porque sin tirar a puerta lo veo difícil. También se escudan en la actuación del árbitro quejandose de un penalty a Barral que bueno... sin comentarios. Mejor asumen los errores cometidos y que no dieron la talla porque todos los que hemos visto el partido estamos de acuerdo en que la imagen del equipo ha tocado fondo y jugando así ni a los alevines de mi barrio le ganan. Nos importa un bledo si fue penalty o no, pero no se puede mentir a la afición (o autoengañarse que no sé cual de las 2 cosas hacen) , hay que asumir que se ha hecho un partido horrible, darse cuenta de que sólo es un partido y no tiene más trascenddencia que eso, aprender de los errores y mejorar con ellos, nada de esconder la cabeza como un avestruz en un hoyo de excusas que nadie cree porque, por si los chicos no lo saben, el partido era televisado y lo pudimos ver muchos.

Las conclusiones las debe sacar Preciado que tiene que haber visto que los suplentes están a años luz de los titulares y que las rotaciones debe hacerlas sólo cuando esté obligado por lesión o sanción. Sin duda buena noticia haber quedado eliminados para centrarnos en la liga porque hay varios jugadores como Barral, Matabuena y Gerard que a día de hoy no tienen recambio, Diego Castro es fundamental y Kike Mateo muy importante pero, más que crucificar a ningún jugador en concreto, es la sensación de falta de mentalidad competitiva de los suplentes que demuestran una incapacidad psicológica de pelear el puesto a los titulares. Si Preciado tenía dudas de algún jugador en el 11 con el partido de ayer debería quedar claro que los suplentes no están de momento en condición de discutir el puesto a nadie. Sin caer en el pesimismo saquemos rendimiento a los merecidos titulares del equipo y cuando tengamos que hacer algún retoque en el once confiemos en que los que entren se contagien de los que juegan y dejen su pasividad enterrada en la banda. Tampoco nos miremos el ombligo, en Segunda casi todos los equipos tienen este mismo problema así que no es plan de sentirnos inferiores a nadie, sino de aprender a convivir con nuestros defectos.

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