¿Qué pasa con Diego Castro?

El jugador más valioso del Sporting en la última década esta cada vez más cerca de salir por la puerta de atrás del club. Una vez más la tacañería de los dirigentes debilitará el primer equipo, el precio en esta ocasión el jugador más desequilibrante que ha vestido la camiseta rojiblanca desde Villa.

Diego Castro llegó en verano de 2006 al Sporting procedente del Málaga con la carta de libertad. El extremo gallego fue el segundo fichaje del "proyecto Preciado- De Dios" tras David Barral. Desde entonces ha jugado 149 partidos ligueros con el Sporting y marcado 36 goles -el delantero centro Barral lleva 2 goles menos en 6 partidos menos-, aderezados con regates que son una delicia para el espectador y un montón de asistencias. Es el jugador al que sus compañeros buscan en ataque cuando el partido está feo y uno de los referentes en el vestuario -del que es segundo capitán tras el incombustible (y discutido) Sastre-, hace de Cicerón con los fichajes y da la cara en los momentos dificiles. Además, es el jugador más mediático del Sporting, el catalogado de estrella del equipo por la prensa nacional como muestra 3 botones: artículo del diario Sur "Diego Castro vuelve a Málaga como estrella del Sporting", crónica del Zaragoza- Sporting en Marca, quinto párrafo "un pase al hueco de la estrella del Sporting -que por si alguien no se ha enterado, responde al nombre de Diego Castro" y este vídeo:



Pero todo esto no le ha valido al gallego para ser valorado por la directiva del Sporting. El verano del ascenso, tras ser uno de los jugadores más importantes del equipo con goles y una conexión mortal con Barral y Kike Mateo, se esperó hasta finales de Junio para firmar tratar su negociación pese a ser de los pocos titulares que acababan contrato. El gallego rechazó ofertas superiores económicamente del Valladolid para quedarse en Gijón. 2 años después, con un Molinón de Plata en su casa (mejor jugador del año para las peñas) y con la etiqueta de mejor jugador del equipo se espera hasta que llega a su último año de contrato para negociar su renovación, mientras que se ata a jugadores peores como Barral 2 años antes de terminar comtrato o se firma por 7 años a eternas promesas como Luis Morán.

La directiva trabajando a destiempo, ahora no consigue un acuerdo económico con el gallego, que tiene mucha fuerza para negociar en su último año de contrato por la falta de visión de los ejecutivos rojiblancos. Éstos además declaran a la prensa que "no merece un esfuerzo importantísimo retenerle", menudos "maestros" del arte de la negociación, y que debería rebajar sus pretensiones para que el club pueda permitirse pagar sus honorarios. Debe ser que nos sobran jugadores del nivel necesario para jugar en el Valencia (líder de la liga y jugando la Champions League), equipo que ya sonó en los 2 últimos veranos como interesado en Diego y que vuelve a salir a la luz por boca de su entrenador como recoge el Diario As uniéndose al interés de otro equipo superior (hoy por hoy) en lo económico y deportivo al Sporting como es el Getafe.

Con todo esto es evidente que las esperanzas de ver la próxima temporada al mejor jugador del Sporting visitar El Molinón defendiendo los colores de otro equipo son del 99%. Sólo una decisión loca y pasional del jugador podría evitar esa situación. Por no renovar a tiempo a Diego y/o no querer rascarse el bolsillo la directiva nos hará perder un jugador importantísimo y, además, sin ver ni un euro en forma de traspaso. Parece mentira que ante la gran mejoría económica de la entidad no podamos permitirnos algún dispendio que otro, y más viendo que los 3 millones destinados a fichajes este verano (o eso nos vendieron desde el club) no se han gastado. Que mejor inversión (y más barata en realidad) que renovar a un hombre de rendimiento contrastado, al final con ese dinero no podremos traer a nadie mejor que Diego y encima dependeremos de factores extras como la adaptación del fichaje al equipo. Lo barato sale caro, y si no al tiempo.