Porque eso es lo más destacable del horroroso partido de esta tarde. Jairo quería marcar otro gol importante para el Sporting y lo consiguió ayer con la camiseta del Alavés, la victoria de los de Vitoria hace que mantengan esperanzas de salvar la categoría en la última jornada, pone a huevo el ascenso al Sporting y el Málaga y le complica muchísimo la vida a la Real Sociedad tras haber tenido todo a su favor para depender de sí mismos en la última jornada. Ya es definitivo que el Sporting ascenderá si puntúa en casa ante el Eibar y lo que hagan los demás nos da igual.
El partido fue feo, feísimo, el Sporting se encontró a un rival que estaba motivadísimo y por momentos parecía que era el Castellón el que se jugaba el ascenso, los de casa estuvieron siempre mejor posicionados que los asturianos y combinaron más rápido y mejor que el Sporting, sorprendentemente también estuvieron mejor de estado físico. Fruto de ello las llegadas del Sporting brillaron por su ausencia casi todo el partido excepto en los primeros 10 minutos de la segunda parte en los que tuvimos las ocasiones más claras para desequilibrar el marcador en botas de Diego Castro primero y de Bilic un poquito después, en ambos casos Carlos realizó intervenciones de mérito que evitaron el tanto del Sporting.
Si bien el Castellón dominó el juego y el ritmo del partido también es cierto que los locales marcaron en la única llegada peligrosa a la meta defendida con Roberto, la culpa de Preciado una vez más. El cántabro ha armado un equipo muy sólido pero sigue empecinado con hacer siempre los mismos cambios pase lo que pase y en este caso cambió a Pedro por Barral (como siempre) en el minuto 10 de la segunda parte, justo cuando el equipo había tenido las 2 mejores ocasiones del partido y parecía hacerse con el dominio del partido, cierto que Pedro estaba subiendo poco pero en defensa estaba cumpliendo con creces y sus incorporaciones aunque escasas creaban peligro. Con el cambio Bilic se retrasó un poco y Barral pasó a ser el 9, Kike Mateo se tiró a la derecha y al defender suele ir más hacia el centro o a presionar arriba que a ayudar a su lateral con lo que Sastre tuvo numerosos 2 contra 1 a partir de ese momento y en el primero de ellos llegó un centro de Perico medido a la cabeza de Nákor que definió perfecto, golazo pero con Pedro en el campo eso no habría pasado. Si el equipo está jugando bien para que cambiar, si el empate te vale para que desequilibras con el cambio el equipo, si el peor es Kike Mateo por que quitas a Pedro, Preciado tendrá sus motivos pero no entiendo nada.
A partir de ahí al equipo le pudo la presión, aguantó el tipo en defensa como pudo gracias al partidazo de Sastre, inconmensurable, Míchel, omnipresente, Jorge, infranqueable y un grandísimo Canella; pero si antes el balón circulaba lento ahora no se daban 2 pases seguidos, la afición siguió animando tras el gol pero al final la impotencia de los jugadores se contagió a la grada en forma de depresión, se veian lágrimas por doquier y se confiaba más en un milagro en otro campo (que por suerte llegó) que en que el Sporting marcara un gol, pese a todo el equipo en los últimos minutos tiró de coraje y tuvo ocasiones en llegadas desesperadas al área rival y se rehizo incluso de la expulsión de Gerard tras cazar a la pesadilla blanquinegra, Perico, cuando encaraba a Roberto, tras falta previa de éste a Gerard, y aún hubo un penalty claro por codazo a Jorge y una ocasión errada por Bilic en el descuento.
Para acabar de cabrearme, Preciado dejó a la deriva al equipo hasta el minuto 82 sin hacer cambios cuando los jugadores estaban totalmente perdidos en el campo. Cuando al fín intentó modificar las cosas cambió además puntas por puntas y es que, como dicta casi siempre su guión, Diego Castro y Kike Mateo tiene que hacer compañia a Pedro en el vestuario en los últimos minutos. Por supuesto el gallego se fue el segundo y a Kike lo cambió ¡¡¡en el minuto 87!!! Y digo yo, a 3 minutos del final cuando vas perdiendo ¿ no era más lógico arriegar con un defensa por mal que este Kike Mateo?, que tuviste todo el partido para cambiarlo... Y es que como diría el buen Obélix ¡¡¡Están locos estos entrenadores!!!
Lo mejor por tanto es el resultado de la Real que nos permite tener el ascenso a tiro tras un partido para olvidar, ahora sólo queda llenar El Molinón, y pobre del que quiera robarnos la ilusión. El desenlace de esta película el Domingo a las 6 de la tarde en el templo sportinguista, ¡quien se lo pierda peor para él!