Es increíble lo que es el estado de ánimo en los futbolistas. El Sporting, con la fe baja tras las cinco derrotas consecutivas, comenzó el partido siendo claramente superado por la Ponferradina que jugaba muy bien, hasta que el gol de Barral traspasó los nervios a los locales y asentó al Sporting que desde entonces mejoró bastante.
La suerte es otro favor que cuenta y que parece directamente relacionado también con este partido, pues la Ponferradina estrelló un balón en la cruceta y el Sporting marcó (como le suelen hacer a él a veces) en el único tiro a puerta, con la colaboración involuntaria del portero local. Esto demuestra que hay que tirar.
Curioso el caso de Javi Fuego, que perdió dos balones cerca de nuestro área que nunca se deben perder ahí, y que crearon bastante peligro en nuestra contra, y que demuestra que la fortuna no está con él, pues se tiró a defender un balón con mucho valor, le dió en la espalda, y en vez de ir a otro sitió se envenenó y entraba por toda la escuadra si Roberto no lo evita.
A ver si, aunque habrá que sufrir, se sacan los tres puntos y así el ánimo, y por tanto el buen juego motivado por la fe de los jugadores en sí mismos, vuelve a ser el santo y seña de los nuestros. La suerte ya parece que, al menos en estos 45 minutos, va regresando.
No quiero acabar sin decir que sea como sea el partido, estén estupendamente o fatal, hay dos jugadores que siempre aportan algo: Diego Castro, que puede perder 10 balones pero en los 2 que logra irse hace estragos en los rivales, y Barral, que molesta contantemente, lucha y casi siempre, por muy mal que esté, conecta un par de remates buenos.
¡A mantener la victoria SPORTING! ¡VAMOS A POR ELLOS!
La suerte es otro favor que cuenta y que parece directamente relacionado también con este partido, pues la Ponferradina estrelló un balón en la cruceta y el Sporting marcó (como le suelen hacer a él a veces) en el único tiro a puerta, con la colaboración involuntaria del portero local. Esto demuestra que hay que tirar.
Curioso el caso de Javi Fuego, que perdió dos balones cerca de nuestro área que nunca se deben perder ahí, y que crearon bastante peligro en nuestra contra, y que demuestra que la fortuna no está con él, pues se tiró a defender un balón con mucho valor, le dió en la espalda, y en vez de ir a otro sitió se envenenó y entraba por toda la escuadra si Roberto no lo evita.
A ver si, aunque habrá que sufrir, se sacan los tres puntos y así el ánimo, y por tanto el buen juego motivado por la fe de los jugadores en sí mismos, vuelve a ser el santo y seña de los nuestros. La suerte ya parece que, al menos en estos 45 minutos, va regresando.
No quiero acabar sin decir que sea como sea el partido, estén estupendamente o fatal, hay dos jugadores que siempre aportan algo: Diego Castro, que puede perder 10 balones pero en los 2 que logra irse hace estragos en los rivales, y Barral, que molesta contantemente, lucha y casi siempre, por muy mal que esté, conecta un par de remates buenos.
¡A mantener la victoria SPORTING! ¡VAMOS A POR ELLOS!
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